martes, 29 de marzo de 2011

LO QUE EL MAR NO SE LLEVÓ

                                LO QUE EL MAR NO SE LLEVÓ

El pasado 11 de marzo del 2011, el terremoto y posterior tsunami ocurrido en Japón nos conmovió a todos de forma extrema. La cuna de la tecnología se venía abajo. En un abrir y cerrar de ojos parte de la isla desapareció. Miles de familias destrozadas buscaban a sus seres queridos entre las listas de desaparecidos que no paraban de aumentar.
Entre los escombros, aquellos que tuvieron suerte, buscan sus pertenencias. Algún álbum de fotos aparece entre el barro y los supervivientes, con los ojos cubiertos de lágrimas, recuerdan aquello que le mar se tragó. Un mar cargado de poderío que nos demostró una vez más que la naturaleza es impredecible y feroz.
Ahora Japón se enfrenta a una dura crisis nuclear. Fukuhsima, central nuclear situada a 250 km de Tokio dañada por el desastre, desprende altos niveles de radiación que día a día aumentan. Esta radiactividad perjudica gravemente a la salud y a pesar de las medidas tomadas, causará grandes problemas. Paralelo a esto, cabe mencionar que ya son más de 11.000 las víctimas fallecidas y más de 17.300 las personas desparecidas. Toda un pena que merece el apoyo de todos los países del mundo, aunque en los tiempos que corremos más de uno necesitaría salir de sus propios problemas.
En toda esta historia encontramos una casualidad; la catástrofe de Japón ocurrió el mismo día y el mismo mes que el 11-M,  pero siete años después. Aquel 11 de Marzo del 2004 España se vistió de luto y ese día pasó a la historia como un de los más tristes del país. Entre ambas historias existe una gran diferencia. Mientras que en Japón todo fue obra de la naturaleza, en España fue la malicia del hombre quién demostró que por odio es capaz de maltratar toda una población.