lunes, 29 de noviembre de 2010

AQUELLOS TIEMPOS DE ESPLNDOR

En aquellos tiempos de esplendor, los empresarios, con sus veloces coches, se paseaban por Madrid. Mientras tanto, sus empleados no paraban de construir edificios que rozaban el cielo. Montañas de dinero se acumulaban en sus bolsillos. Todo parecía perfecto.
A la vez que ocurría esto, los más desfortunados, como hormiguitas, iban recogiendo poco a poco sus cosechas. No paraban; tanto de día como de noche sus esfuerzos no obtenían resultados.
En aquellos tiempos de esplendor, los más ricos no se acordaban de los pobres. Pero un día, sin que nadie se lo esperara todo se derrumbó. Los altos edificios comenzaron a criar hierbas y las montañas de dinero se convirtieron en pequeños montoncitos. Pero aquellos que nunca pararon de trabajar, siguieron con su minuciosa labor y todos los días tuvieron con que alimentarse.
Estamos en tiempos difíciles, donde ni los más ricos se salvan. Nos espera un largo invierno que cuando despierte, traerá consigo grandes quebraderos de cabeza. Soñaremos con épocas venideras donde nuestras ilusiones se muestren realizadas.

jueves, 18 de noviembre de 2010

Quisiera que mi voz fuera tan fuerte
que a veces retumbaran las montañas
y escucharais las mentes-social-adormecidas
las palabras de amor de mi garganta.
                                               (Extremoduro)